¿Alguna vez has escuchado que frustramos a nuestros hijos poniendo límites o normas?
Pues… ¡Todo lo contrario! Les enseñamos a ser mejores personas, a tolerar mejor su frustración,
a poner orden en su pensamiento y a adquirir unos hábitos y rutinas.
Sabemos que poner límites no es una tarea fácil, pero es fundamental para el pleno desarrollo evolutivo de nuestros hijos. Es importante tener en cuenta que a largo plazo, las normas y límites producen una mayor seguridad en los niños.
Algunos consejos:
-Poner límites siempre desde pequeños, ya que será mucho más difícil que acepten nuestras normas si son adolescentes y nunca han las han tenido.
-Ser claros y precisos, es fundamental que se utilicen frases cortas que comprendan.
-Ser firmes, es muy importantes hablar con firmeza y amabilidad cuando se ponen límites o normas. Esto no significa gritar.
-Las personas que estén al cargo del niño deben estar de acuerdo en todos los límites que se establezcan. La discrepancia entre ellos podría ser contraproducente para los niños.
-Dejar que los niños expresen sus emociones a través del diálogo con ellos.
-Los limites y normas pueden producir rabia y enfado en los niños. Es normal, con el tiempo los límites calman y dan tranquilidad.
-Actuar con ejemplo, los niños no hacen lo que se les dice pero sí lo que ven. Si uno de los límites es estar 1h con el móvil, no deberíamos nosotros hacer totalmente lo contrario.
-Potenciar lo positivo, siempre recalcar y reforzar lo que nuestros hijos hacen bien.
-Por último, tener una actitud de enseñar, no de mandar.
¡Si necesitas más información no dudes en contactar con nosotras!