Llegar a la decisión de divorciarse no es una tarea sencilla. A ella se llega tras muchas oportunidades, mucho pensar y tras la imposibilidad de solucionar los problemas.
Lo que nunca debemos olvidar es que siempre debe prevalecer el bienestar de los niños. Un divorcio con niños siempre es complicado, pero evitando ciertos tipos de conductas y actitudes es muy poco probable que nuestros hijos tengan algún tipo de secuela de dicho proceso.
Situaciones que habría que realizar en los procesos de divorcio:
– Explicar a los niños que está pasando: Lo mejor en estas situaciones es que los padres expliquen de una forma clara lo que está ocurriendo. De esta forma, evitaremos que el niño pueda creer que es posible que sus padres vuelvan a estar juntos o que crea que la culpa ha sido suya.
– No pelearse o criticar al otro progenitor delante del niño: No critiquéis al otro cuando está delante el niño. Aunque las discusiones ocasionales entre padres son esperables en cualquier familia, la sensación de vivir en constante hostilidad y conflictos representa una importante carga emocional para cualquier niño. Los gritos, las peleas, las discusiones favorecen el miedo y las reacciones aprensivas en ellos.
– Seguir teniendo más momentos en familia: Independientemente de que la relación de pareja se rompa, es fundamental entender que de nuestros hijos no nos podemos divorciar. Tampoco de la familia que ya ha sido creada, los niños deberían poder disfrutar de su familia indistintamente de lo que suceda en la pareja.
– No cambiar las rutinas de los niños: Las rutinas pueden ayudar a ofrecer la sensación de comodidad y familiaridad que necesita la familia durante este importante cambio vital.
– Responder a preguntas: Como se ha mencionado previamente, es necesario hablar en todo momento con los hijos. Tendremos que estar preparados para responder a preguntas como, ¿Con quién voy a vivir?, ¿Dónde iré al colegio?, ¿Tendré que cambiar de casa?, ¿Dónde vivirá cada uno de mis padres? o ¿Podré seguir yendo de vacaciones este verano?.
– Validar sus sentimientos: Durante el proceso de divorcio todos los miembros de la familia sufren. No debemos olvidar que por muy pequeños que sean los niños, estos también pueden llegar a experimentar miedo, ira, frustración … Normalizar y validar lo que están sintiendo evitará futuros problemas como ansiedad, baja tolerancia a la frustración, depresión etc.
Se ha comprobado que los niños de parejas separadas o divorciadas con custodia compartida, en las que sus progenitores tienen al menos una relación cordial, son tan felices como aquellos niños que viven en familias no separadas.
Lo principal es querer a vuestros hijos, si queréis podéis hacer que ese divorcio sea más fácil.