El estrés, esa palabra tan odiada por muchos por sus efectos negativos. Todos conocemos a gente que sufre estrés, o incluso nosotros mismos.
Usamos la palabra estrés para referirnos al conjunto de respuestas físicas y psicológicas que se producen en una persona ante un estado de tensión.
Sin embargo, el estrés no es siempre malo. De hecho, es fundamental para llevar a cabo ciertas actividades que requieren de un esfuerzo extra y obtener lo mejor de uno mismo.
Se habla de dos tipos de estrés, el distrés y el eustrés, conocidos coloquialmente como el estrés malo y el estrés bueno respectivamente.
El eutrés o estrés bueno hace referencia a la capacidad de afrontamiento de un individuo. Es una respuesta que se activa de forma normal en nuestro cuerpo en determinadas circunstancias. Nos ayuda a reaccionar ante una situación de peligro o que nosotros podemos considerar como amenazante. También nos hace motivarnos más, ser más competitivos y movernos hacia delante. Las personas que no tienen ese estrés positivo, podrían ser personas muy pausadas, que no consiguen muchas cosas en la vida y con poca ambición.
El distrés o estrés malo, se asocia a la hormona del cortisol. El problema deriva, cuando exponemos nuestro cuerpo a ese estímulo que nosotros consideramos amenazante de manera constante, aquí es donde la respuesta de estrés se vuelve desadaptativa. Esto se podría cronificar y llevarnos a un estado de agotamiento tanto mental como físico, ansiedad e incluso a desarrollar enfermedades psicosomáticas, úlceras, dolores de cabeza… En vez de ayudar a superar obstáculos, nos bloquea.
Actuaciones que puedes seguir para abordar el estrés:
-Utilizar técnicas de relajación y respiración.
-Practicar ejercicio físico de forma habitual.
-Distinguir qué situaciones nos provocan estrés y desarrollar técnicas que nos ayudarán a enfrentarnos a las dificultades del día a día.
-Evitar los factores que nosotros consideremos estresantes.
-Reducir las sustancias estimulantes como el café y el alcohol.
-Hacer descansos regulares y dormir bien.
-Seguir una dieta sana.
El estrés bueno está ahí para hacernos funcionar, pero no cedas al estrés hasta el punto de poder desarrollar una patología.
Actúa antes de que el estrés te condicione en la mayoría de los aspectos de tu vida. Utiliza estos pequeños consejos y si ves que el estrés puede contigo, acude a un profesional antes de que vaya a más.