Cuando llega un bebé a casa, es un momento único y especial para toda la familia, sin embargo si este bebé no es el primero de la casa, sino el nuevo “hermanito”, es probable que surjan los celos.
Los celos, son algo normal que experimentarán en el desarrollo de su personalidad, por tanto, enseñarle a manejarlos será vital para un buen desarrollo emocional.
Por eso, lo primero es entender que los celos son una respuesta emocional normal y muchas veces inevitables. Lo más normal es que los celos infantiles se resuelvan de manera natural con el transcurso de los años. Pero también nos encontramos con algunos niños que tienen mucha dificultad en poder controlar sus celos y, los celos, a la larga, se pueden convertir en un lastre para el desarrollo de las personas porque devoran nuestra autoestima generando rencor y resentimiento.
Intentar no imponerle el sentimiento de amor, es importante. Cuanto más pequeño sea, más difícil le será entender la nueva situación. Por eso no se aconseja decir “Tienes que quererlo porque es tu hermanito”, nadie quiere a otra persona solo porque se lo exigen, el cariño vendrá con el tiempo, en especial cuando deja de ver al nuevo hermanito como una amenaza o rival en el cariño de los padres, por el de compartir nuevas experiencias.
La forma de manifestar los celos puede variar desde la regresión a conductas infantiles, hasta agresividad y violencia física y verbal, esto exigirá de ambos padres mucha atención y comprensión.
Ahora bien, una cosa que hay que tener clara es que los celos no quieren decir que el niño no ame a su nuevo hermanito y es precisamente esta ambivalencia la que lo confunde más, por eso es importante tener en cuenta las siguientes estrategias.
Estrategias para una buena gestión antes de la llegada del hermanito:
- Es muy importante prevenir desde el principio, desde el momento que le damos la noticia.
Para ello, sé tú la primera persona quien le comunique la situación de embarazo, que es y que significa, así lo verá con una mayor naturalidad.
- Implícale en todo momento, en los preparativos de la habitación, y de todo lo relacionado con el nuevo hermanito, que sea él quien también decida en ello.
- Háblale de él, que también sea él quien le hable en la barriguita, que lo acaricie, para que vaya adquiriendo un contacto.
- Cuando llegue el momento, explícale que va a pasar con todo detalle, intenta mantener su rutina. No debemos de cambiar las rutinas diarias del niño, y aunque no podamos estar con él tras el ingreso, y deba estar en casa de los abuelos u otros familiares, siempre que podamos, es importante que también pase tiempo en su casa, con sus juguetes y todo aquello que le da seguridad. Aunque lo ideal sería que se trasladaran los demás a la casa del niño.
- Durante ese periodo, intenta estar en continuo contacto con él, preguntándole sobre sus actividades y su jornada del día. El papel del papá debe ser aún más visible, pues será su fuente de cariño y apoyo.
- Por supuesto, cuando llegues a casa es importante, que seas tú, la mama, quien sea la primera persona en abrazarlo, luego preséntaselo y dile todo lo que va a tener que ayudarlo y enseñarlo pues no sabe hacer nada. Y si le traemos un detalle o un regalito, puede ser importante a la vez que positivo, ya que se lo ha traído su nuevo hermanito creando un vínculo positivo más que una aversión hacia él.
Ha llegado el nuevo bebé a casa… ¿Qué hago durante los primeros días?
- Durante los primeros días, esfuérzate en prestarle más atención de lo normal y explícale que poco a poco iremos volviendo a la normalidad. El niño necesita ahora más que nunca la seguridad y la confianza de sus padres.
- Procura avisar a las nuevas visitas de que también le presten atención y dedicación.
- Explícale que los bebés necesitan mucha ayuda porque no saben hacer nada solos. Enséñale fotos y vídeos de cuando él era bebé para que vea que su situación era la misma.
- Cuéntale tu propia experiencia con tus hermanos.Le ayudará comprobar que, aunque al principio el bebé es un poco “rollo”, con el tiempo un hermano termina siendo un buen amigo con el que jugar.
- Enséñale cómo tratar al bebé.Pídele su colaboración en tareas sencillas como hacerle reír, cantarle una nana o darle un biberón. Así no se sentirá desplazado, sino que estará orgulloso de ser útil y de que confiéis en él.
- Los mimos, cariños y halagos deben dedicarse por igual a los dos hermanos.Conviene pedir la colaboración de vuestros amigos y familiares para que cuando vayan de visita a casa no se centre toda la atención en el bebé.
- Mostrarle vuestra comprensión es lo que más le ayuda en estos momentos. Al mismo tiempo, puedes aprovechar para lanzarle mensajes sobre lo bueno que es ser mayor y lo orgullosos que os sentís de él. Por ejemplo, si un día se enfada porque tenéis que interrumpir un juego para cambiar un pañal, en lugar de enfadaros diciéndole que es muy mayor para tener celos de un bebé, es mejor decir “vaya, otra vez a cambiarle, que bien que tú ya sepas ir al baño sólo”.
- Hazle ver las ventajas de ser mayor, resalta la importancia de tener hermanos y de la felicidad que esto supone en las labores diarias, en la alegría de la casa y de las reuniones familiares…
Durante el desarrollo, puede que se presenten conductas de celos a medida que van creciendo. Pautas a seguir:
- Dedícales el tiempo necesario a ambos. Promover juegos donde tomen parte todos (juegos de mesa, de calle, prendas…). También realizar excursiones y viajes; es decir «hacer familia».
- Algunas de las rutinas diarias que podemos seguir durante los primeros días son: Participar en sus juegos, comer y cenar siempre todos juntos, darle su merienda favorita, mimarlo mucho. Y sobre todo “Hazle partícipe de todo en los cuidados de su nuevo hermanito” así se sentirá seguro al ver que confías en él y le das un papel importante de responsabilidad y fomento de los valores como el trabajo en equipo.
- Apuntarlos a actividades juntos es una forma para que ellos puedan unirse.
- Es importante no reñir o castigar a un niño frente a más personas, y mucho menos frente a su hermano, ya que este va a echarle la culpa del suceso a su hermano y se generará una rivalidad, que con el paso del tiempo va creciendo.
- Ser comprensivo y respetuoso y tener en cuenta la manera con la que nos expresamos. En cuenta de reñirlo en torno a lo que le ha hecho a su hermano, céntrate en la conducta concreta que ha realizado mal. Para dejar en un segundo plano, los celos.
Por ejemplo, «hijo no me parece bien que hayas hecho…,por lo que .. por favor….», en lugar de “eres un envidioso, siempre estás igual…”
Cuando los padres son respetuosos y delicados al dirigirse a sus hijos, no sólo es la comunicación mucho más efectiva, sino que los hijos tienen un buen modelo de cómo deben de hablarles ellos a sus padres.
- Si se requiere castigar a un hijo por una travesura, es importante investigar bien, ya que si el otro hijo tuvo que ver con este acto, obtenga el mismo castigo, esto demuestra una actitud justa que evita problemas y malentendidos.
- Enseñar a compartir es una tarea muy compleja y, en la medida que los hijos son pequeños, más, ya que los niños nacen siendo egocéntricos y desean que el mundo gire solo en torno a ellos. Para enseñar a compartir es recomendable que, progresivamente, en vez de comprar, por ejemplo, un juguete para cada hijo compráramos un juguete para los hijos así les daríamos la posibilidad de aprender a compartir (pero mientras aprenden esto la van a liar parda). Además de enseñarle a compartir, proporcionémosle experiencias gratificantes mientras comparten. Estaremos reforzando que se sientan bien y que sean ellos mismos quienes busquen vivencias de ese tipo.
- Cuando se presencie problemas decelos entre hermanos en el hogar, es importante asignar actividades conjuntas a los niños, para que estos aprendan a convivir y no conserven por toda la vida la rivalidad, estas actividades pueden ser un deporte o un deber en el hogar.
- Cuando un hijo se equivoca es importante reprenderlo, pero cuando acierta también se debe felicitar, de esta forma sabrá que su padre lo tiene en cuenta tanto como a su hermano y los celos son inútiles.
Importante:
Dar explicaciones: Es muy conveniente explicar la razón por la que en un momento dado se da un trato diferente a un hermano que a otro. Explicar las razones no deja al hermano “celoso” convencido porque los celos no le dejan entender pero sí que nos ayuda a nosotros, a los padres, a reafirmarnos en que estamos actuando por el buen camino.
- Es importante enseñar a los hijos a que se apoyen unos a otros, para que se vea a los hermanos como apoyos y amigos, más no como rivales.
- No hagas comparaciones. A veces sin darse cuenta, se hacen comentarios del tipo “éste sonríe más” o “es más hablador, el mayor en cambio…”, y esto afecta al auto-concepto que se va haciendo un niño, además, de deducir que su padre piensa que el bebé es «más que él” lo cual no va a calmar los celos. Por eso, es mejor elogiar con comentarios hacia sólo la misma persona, por ejemplo: “Mi hijo pequeño es muy atento”. Con eso lo que les estamos diciendo es que nuestros hijos no necesitan ser iguales, no necesitan parecerse a otros. Por ello, nuestros hijos necesitan saber que los queremos por lo que son,no porque son como a nosotros nos gustaría que fueran. Esto no está reñido con el cumplimiento de normas y límites.
Cuando los padres se esfuerzan en hablar no tanto de los niños sino de sus acciones, habilidades y conductas se evitan las etiquetas y hay menor riesgo de herir sentimientos. Incluso puede ser que el niño mayor, al oír decir que el pequeño sonríe mucho, decida sonreír para agradar a sus padres. La realidad es que hay que tener cuidado porque la manera en que se expresan los padres tiene mucho impacto en los niños.
- Buscar momentos en los que hacer sentir a los hijos que son únicos. Llevarlos un día simplemente a merendar, a pasear, ir al cine, etc. Es como tener un momento de intimidad entre padre-hijo, exclusivo. Buscar la calidad más que la cantidadde tiempo.
- Procurar no dedicar más atención al hijo celoso. Porque entonces estaríamos reforzando sus conductas. Os recordamos que los celos, por lo general, son una interpretación que el hijo hace.
- Deja claro que la diferencia de trato o de privilegios se debe a la edad y a la responsabilidad de cada uno.
- Enséñales a compartir pero, al mismo tiempo, a respetar la intimidad y las propiedades del otro.
- Valora siempre el esfuerzo realizado más que los resultados;así el hijo más brillante no destacará siempre por encima de su hermano.
Os dejamos unos cuentos que desde la clínica, consideramos que son muy interesantes y que recomendamos para trabajar los celos infantiles de nuestros peques.
En conclusión, el clima familiar es muy importante; si predomina el amor y la confianza, éstos darán lugar a un mejor entendimiento entre todos y es el mejor antídoto contra los celos.
Los niños celosos temen perder el amor de sus padres y por eso sufren. Y cuanto más temen esa pérdida, más sufren. Ayudar a los hijos a afrontar sus celos es ayudar a los hijos a desarrollar su autoestima, a aprender a valorarse, y sobre todo a que aprendan a amar en vez de estar sólo pendientes de que los amen.