Los celos entre hermanos son mucho más habituales de lo que creemos. Pero, ¿Qué podemos hacer para que no vayan a más y acaben repercutiendo en la autoestima y seguridad de nuestros hijos?
Los celos se suelen dar en los hijos más mayores a medida que van teniendo hermanos pequeños, al pensar que su posición y amor en la familia puede peligrar. ¡Este pensamiento durante la infancia es algo totalmente normal!
Muchas veces como padres, no queremos aceptar que nuestros hijos están sintiendo celos por no darle más importancia al tema. Tenemos que ser conscientes de que eso que están sintiendo es una emoción como otra cualquiera y, en vez de esconderla o hacer como si no pasara, debemos hablar con nuestros hijos sobre que les está ocurriendo. Así, les podríamos hacer ver que nuestro amor no se divide, sino que se multiplica. Si hacemos como que los celos no existen, estos pueden derivar en problemas de ansiedad, depresión, rabia, enfados, pataletas, etc.
¿Qué podemos hacer para ayudar a nuestros hijos?
1. Hablar con él: Si el bebé aún no ha llegado es fundamental prepararle para la inminente etapa de hermano mayor, explicándoselo siempre de una forma adaptada a sus capacidades y con muchísimo cariño. Así mismo, preguntarle, «¿Cómo se siente?», «¿Qué necesita?» y, hacerle ver que el amor por él siempre va a ser el mismo.
2. Pasar tiempo a solas con él: A veces los hijos más pequeños consumen la mayor parte del tiempo de los padres. Esto puede hacer que los sentimientos de celos sean mayores, por lo que sería fundamental buscar huequitos al día para pasarlos a solas con el hijo mayor. Hacer actividades solo con él, o jugar a algún juego que le guste ayudará a reducir esos sentimientos de inseguridad.
3.No hacer grandes cambios: En esos momentos en los que los celos empiezan a aparecer, no sería conveniente cambiarles de habitación, empezar a llevarles a la guardería o dejarles con los abuelos. Dichos cambios deberán realizarse o bien, cuando la madre todavía está embarazada o sino bastante tiempo después, ya que podrían hacer que el niño mayor se sintiera desplazado.
4.No comparar a los hijos: Diferentes comentarios como, «Mira que listo/bueno es tu hermano «o «éste es mucho más bueno, él mayor solo lloraba» solo aumentarán la rivalidad entre los hermanos y afectarán a la autoestima y seguridad del hermano primogénito.
5.Ser tolerante con ciertas actitudes: La llegada de un nuevo hermano puede cambiar por completo las conductas de nuestros hijos mayores. Es totalmente normal que lloren más, que estén más gritones, contestones o más enrabietados. Así mismo, algunas veces podemos observar que retroceden evolutivamente en ciertos aspectos, vuelven a chuparse el dedo, hablan como si fueran bebés, se hacen pis en la cama…Ser tolerantes no significa ser permisivos, sino entender que nuestros hijos requieren de nuestra atención como padres.
6. Dejar que los mayores participen en tareas de los pequeños: A veces con la llegada de un nuevo bebé en casa, los niños mayores se pueden sentir, como mencionamos previamente, desplazados, por lo que permitirle participar en actividades como, bañar a su hermano pequeño, ayudar a vestirle, jugar con él e incluso darle el biberón o la comida pueden mejorar su seguridad y su grado de satisfacción consigo mismo y con su hermano.
7.Por último, mucha paciencia y mucho amor. Nadie dijo que ser padres era una tarea fácil.
Los celos en la etapa infantil son muy comunes, aunque si veis que dichos celos pueden estar derivando en alguna problemática mayor o que están afectando a toda la familia, no dudéis en contactar con nosotras.