El Acoso Escolar es un problema muy presente en nuestra sociedad. Casi un 6% de los niños españoles ha sufrido algún episodio de acoso escolar, aunque sólo uno de cada tres es capaz de transmitirlo a su familia y, por lo general, ese paso suele producirse cuando la víctima ya está seriamente perjudicada.
¿Cómo podemos entonces los padres detectar si nuestro hijo está siendo acosado en el colegio? Les explicamos algunos indicios que, combinados entre sí, pueden despertar la sospecha de que algo ocurre con el menor:
- Tiene dificultades para dormir, se acuesta muy tarde, alarga mucho más de lo habitual el momento de marcharse a la cama y por la noche suele tener pesadillas.
- Presenta síntomas psicosomáticos. Un niño acosado puede experimentar dolor de cabeza, barriga, fiebre,… como consecuencia de la ansiedad que le puede producir volver al centro. Por lo que esas señales pueden agudizarse el día antes de volver a la escuela tras un fin de semana o un periodo de vacaciones tranquilo.
- Pierde el apetito de forma temporal.
- Experimenta cambios constantes de humor y puede mostrarse más sensible que de costumbre, sobresaltándose con facilidad y contestando de malas formas.
- Disminuye su rendimiento ese escolar. Se puede producir un empeoramiento de las calificaciones y olvidos en trabajos, tareas, etc.
- Vuelve a casa siempre con la vestimenta rota o muy manchada, o el material en malas condiciones y no sabe dar explicaciones claras al respecto.
- El niño se vuelve de repente callado.
- No invita a amigos a casa por considerarse diferente a los demás o por miedo a que ese amigo sea rechazado por sus agresores y comience a ser objeto de acoso simplemente por juntarse con él.
- Rechaza ir al centro escolar o Falta a clase. Sobre todo si las ausencias las lleva a cabo sólo y no acompañado de otros escolares y, cuando se descubre la acción, es incapaz de dar explicaciones convincentes de dónde estuvo esas horas, ni por qué lo hizo.
- Le cuesta concentrarse más de lo habitual.
Una vez que los padres han detectado el problema lo primero es hablar con el niño. Tras ello, es importante también informar a su tutor para que observe al niño en el centro escolar y ponga en marcha las medidas pertinentes para protegerlo. La colaboración entre padres y profesores es la clave para afrontar el problema.