La autoestima es la forma en que nos percibimos a nosotros mismos y mantenerla alta es clave para sentirnos bien y poder afrontar los retos que se nos presenten. Hablamos de baja autoestima cuando las valoraciones que hacemos sobre lo que somos, hacemos o conseguimos no son positivas y afectan a numerosos aspectos de nuestra vida, impidiendo que nos desarrollemos correctamente como personas.
Miedo a nuevas experiencias, desmotivación, no expresar nuestra opinión por temor a equivocarnos, sentimientos de culpabilidad, indecisión, incapacidad para tomar la iniciativa o aislamiento son algunas de las señales que nos indican que debemos trabajar nuestra autoestima para conseguir aceptarnos.
Una de las primeras cosas que debemos cambiar para empezar a valorarnos es dejar de ser tan exigentes con nosotros mismos. A menudo nos centramos en las cosas negativas, los errores o nuestros puntos débiles, es nuestro primer impulso, pero tenemos que intentar tener presente lo que hemos conseguido y las cosas de las que nos sentimos orgullosos. No tienen por qué ser grandes hazañas: haber aprobado un examen de una asignatura que no se nos da bien, superar los nervios de aquella entrevista de trabajo, haberlo dado todo en un partido, apoyar a un amigo que está pasando por un mal momento o salir de nuestra zona de confort son cosas de las que estar orgulloso y que deben tener el reconocimiento que se merecen. Un buen ejercicio que nos ayudará a valorarnos más consiste en escribir una lista con los pequeños grandes logros que hemos ido consiguiendo a lo largo del día.
Otro de los errores más comunes que cometemos es ponernos metas inalcanzables o demasiado complicadas, que lo único que hacen es desanimarnos cuando nos damos cuenta de que no podremos alcanzarlas. Si vamos poco a poco cumpliendo metas más realistas y fáciles de alcanzar, aumentará nuestra autoestima y eso nos dará fuerzas para luchar por nuestro siguiente objetivo. Imaginemos a una persona enamorada de la cultura japonesa cuyo mayor sueño fuera trabajar en una ciudad nipona. De nada sirve desear el puesto si previamente no se estudia a fondo el idioma. El primer paso sería buscar una academia cercana, el segundo organizarse y escoger el horario de las clases, el tercero concentrarse en aprobar el primer curso… Es importante desglosar el gran objetivo en otros más pequeños y asequibles que podamos ir cumpliendo poco a poco, de forma que así tendremos más posibilidades de alcanzar el primero. De igual forma debemos tener siempre presente que el fracaso es una oportunidad para aprender y que debe ser el esfuerzo en el día a día quien nos defina, no el resultado.
El ser humano es sociable por naturaleza, y es habitual que nos comparemos con las personas de nuestro alrededor y más hoy en día con las nuevas tecnologías. Gente que parece que lo tiene todo como la pareja ideal, las vacaciones perfectas con fotos en lugares paradisiacos, siempre con una sonrisa en la cara, con aficiones al alcance de unos pocos o que parecen tener el trabajo perfecto inundan las redes sociales y nos pueden hacer creer que nuestra vida debería ser como la suya para ser felices, afectando a nuestra autoestima si consideramos que no es así. Hay que tener en cuenta la vida que nos muestran no es real y que las circunstancias de cada persona son diferentes, por eso cada uno debe tener sus propios objetivos e ilusiones y no caer en la trampa de las redes sociales, que nos han hecho creer que sólo hay un tipo de vida con el que seremos felices: aquel que incluya viajes increíbles, paisajes de postal, lujos afrodisíacos y cenas en los mejores restaurantes.
Nuestra psicóloga Isabel Menéndez nos habla de la baja autoestima y qué otras cosas podemos hacer para sentirnos felices con nosotros mismos.