En muchas ocasiones, los padres podemos sentir la sensación de que la relación con nuestro hijo adolescente es cada vez más conflictiva.
Es posible que nos sintamos desamparados e impotentes ante su forma de actuar con nosotros, sus reacciones ante las normas, sus cambios de humor, su pasotismo hacia los estudios u otras obligaciones…
No obstante, siempre podemos mejorar nuestra relación con él siguiendo los siguientes consejos, los cuales nos ayudarán a crear un ambiente familiar más tranquilo.
- Escucha de manera empática. Tiene que ver con ponernos en el lugar de nuestro hijo, saber cómo se siente y qué piensa acerca de lo que nos cuenta, siendo pacientes y repitiendo sus palabras para confirmar que le hemos entendido.
- Escucha con atención e interés. No debemos interrumpir a nuestro hijo cuando nos está confiando algo asumiendo que sabemos lo que nos va a decir. Debemos de escucharlo disponiendo de un momento para él en el que le miremos, asintamos, sonriamos; demostrándole que realmente lo que nos cuenta nos importa.
- Realiza preguntas. Cuando nuestro hijo confía en nosotros y nos cuenta cómo le ha ido el día o lo que le preocupa tenemos que realizar preguntas al respecto y no interpretar o juzgar aquello que nos cuenta bajo nuestro punto de vista. Le daremos nuestra opinión cuando él nos la pida, pero nunca nos anticiparemos a valorar.
- Habla de forma positiva. Si te ha gustado su comportamiento o forma de actuar en una situación, díselo, eso le permitirá saber qué ha estado bien y que sus padres valoran y apoyan su buen hacer.
- Respeta y cumple tus promesas. Todo lo que le digas, cúmplelo. Enséñale que eres una persona en la que puede confiar.
- Dale mensajes consistentes. A veces, los padres damos a nuestros hijos mensajes contradictorios, los cuales hacen que tengan dudas acerca de lo que queremos de ellos.
- Se claro a la hora de pedirle algo. Dile qué te gustaría que hiciera, cuándo y cómo. Así te asegurarás de que haya entendido qué es lo que esperas de él.
- Predica con el ejemplo. Si queremos que nuestro hijo se comporte de una determinada manera (sea educado y respetuoso con los demás, no fume, me escuche, hable en un tono adecuado…) tenemos que comportarnos nosotros de esa forma, es decir, ser un modelo de buena conducta para ellos.
- Negocia las normas. Con un adolescentes es más efectivo negociar que imponer una norma. Cuando vayáis a tomar una decisión importante sobre él, preguntadle su opinión, así sabrá que le tenéis en cuenta y que os importa cómo piensa al respecto.
- Comparte actividades que le gusten. Disfrutar de un tiempo en el que la familia esté compartiendo actividades que a todos los miembros le gustan es muy importante para crear vínculo y un buen clima familiar.
- Expresa y comparte tus sentimientos con él. Eso le hará saber que es importante para vosotros, mejorará vuestra relación y le enseñará a hacer lo mismo en las situaciones en las que él lo necesite.
«Puede que nuestros hijos adolescentes no presten atención a nuestras enseñanzas, pero aprenden tanto como los futuros adultos que serán.»