Como habéis visto en mi intervención televisiva os leo una carta que escribió mi hermana. Esposa y madre de cuatro hijas. Toda una vida dedicada al mejor trabajo del mundo, pero también el menos agradecido por la sociedad que no es consciente de que de ellas, de las amas de casa, depende en gran parte nuestro futuro, trabajen o no fuera del hogar.
Os la reproduzco porque creo que os sentiréis identificadas con ella:
» Hace tiempo que no escribo nada, ni siquiera una carta y es que me cuesta trabajo concentrarme, y sobretodo conseguir el tiempo suficiente para poner en ordena algunas ideas. Pero hoy el tema , merece el esfuerzo , hos se habla de mi vida. Soy una ama de casa con dedicación exclusiva. Ser ama de casa es uno de los trabajos mas duros del mundo y digo eso, porque a la dificultad que entraña el propio trabajo en sí, se une el escasísimo reconocimiento de la sociedad en general, de las personas para quienes realizamos nuestro trabajo y sobretodo y esto es lo más grave, el poco valor que como consecuencia de todo lo anterior, la damos nosotras mismas. Antes y aunque solo fuera en ciertos aspectos “ te enseñaban a ser ama de casa, sabías cocinar, y que hacer con las sobras, fregar, coser y hacer una raya perfecta a los pantalones, aprendías todo eso y sobretod a no cuestionar en eningún caso tul lugar dentro de la familia, eras el ama de casa, la madre. Todo eso se acabó hace tiempo, las mujeres de mi edad, cerca de los cuarenta, no teníamos tan claro nuestro destino, nadie se esmeró demasiado en enseñarnos habilidades domésticas. Hemos tenido que inventar el oficio, con el esfuerzo que ello conlleva. Además ahora se nos pide mucho más. Hay que saber alimentar bien a nuestros hijos, las proteínas e hidratos de carbono que deben consumir al día, la fibra necesaria para que todo vaya bien, tenemos que estar al tanto de su rendimiento escolar, hablar con profesores y psicólogos, y procurar que se diviertan sanamente y no vean demasiado la tele. Queremos estar guapas y vestir bien, tener una conversación amena y agradable, sorprender al marido con algún plato estupendo, sonreir todo el tiempo y no quejarnos continuamente..Todo esto resulta poco menos que imposible,
Pocas quieren acceder al puesto de trabajo que supone ser ama de casa, claro que las condiciones como hemos visto no son muy atractivas, mucho trabajo, esfuerzo y sacrificio sin remuneración aparente. En segundo lugar es un trabajo absorvente y que no acaba nunca, a veces se te olvida comprar tu filete, te das cuenta tarde porque has sido la última en servirte, y tampoco te importa demasiado porque así tendrás más tiempo para hacer cosas en casa : lavar los platos, la ropa, hacer las camas, comida , cosas que estan en continuo movimiento y que nunca te permiten ver nada hecho, acabado, te falta tiempo para abarcarlo todo, el cesto de la ropa crece por momentos, y tu autoestima baja a la misma velocidad. Es un trabajo sin límites en un horario sin límites…Un día te sorprendes a tí misma dándote cuenta de que Bush ya no es el presidente de Estados unidos… entonces te paras a pensar en que momento me bajé del mundo. Mi mundo es ahora, un mundo pequeño y cerrado, que acaba volviéndose cómodo a golpe de rutina, frustración y abatimiento. Pero no debe ser así,a nadie se le exige tanto.
Debemos y tenemos que pedir ayuda a todos, marido, abuelos, tíos, vecinos, etc, pero sobre todo y en primer lugar a esta sociedad que nos utiliza sin darnos nada a cambio, reclamamos de quienes tengan el poder y los recursos para ello, nos den toda clase de facilidades para desarrollar este trabajo absolutamente imprescindible. ¿ Quien cuidará de los niños en el futuro? España es uno de los paises con índice de natalidad más bajo del mundo occidental ! no me extraña! Queremos que las madres puedan cuidar de sus hijos ¿ quienes mejores que ellas?, con la garantía de que su trabajo en cualquier ámbito no quedará mermado por el hecho de ejercer su derecho a la maternidad. Que podamos escoger, tener un trabajo fuera de casa ( para eso estudiamos y nos preparamos) pero con horarios flexibles y sensibilidad hacia nuestra situación especial, o bien quedarnos en casa, pero valoradas y con algún tipo de ventaja económica que nos devuelva al mundo de los vivos. Yo escogí esto último apoyada y valorada por mi marido, aunque ya sé que no es lo habitual, quien está constantemente animándome. Estoy convencida de que no hay tarea más grande ni más importante en el mundo.. . es dura pero compensa, mis cuatro hijos y el me lo recuerdan machaconamente…. Sin ti no podríamos… Estoy orgullosa…