En nuestra sociedad occidental existen una serie de ideales estéticos que se presupone que hay que cumplir para ser y vernos más atractivos.
Uno de ellos, es que tanto mujeres como hombres debemos tener la piel bronceada para estar y sentirnos más guapos. El problema es que se ha visto que intentar seguir ciertos cánones de belleza puede derivar en trastornos psicológicos.
Ahora que empieza el verano tener la piel algo morena y bonita es algo que le gusta a la mayoría de gente. No obstante, sería conveniente tener en cuenta que en el momento en el que estar bronceado se convierta en una obsesión y en una necesidad estaremos hablando de tanorexia.
La tanorexia suele traducirse como la adicción a estar morenos y broceados, aunque realmente es un trastorno psicológico que se engloba en la categoría de trastorno dismórfico corporal.
Dicho trastorno produce una distorsión de la imagen corporal, al igual que pasa en la anorexia, donde hay una preocupación excesiva por alguna parte de nuestro cuerpo.
En este caso, los tanoréxicos no están conformes con su nivel de bronceado, siempre se ven más blancos de lo que realmente están. Esto les lleva a prolongar sus horas de bronceado o acudir a cabinas de rayos UVA, sin tener en cuenta los riesgos que esto conlleva.
La tanorexia se suele dar en personas con baja autoestima y que necesitan la valoración de los demás.
Algunos síntomas de la tanorexia:
• Comparación constante con otras personas por tener la piel más morena.
• Frustración por los resultados obtenidos.
• Ansiedad por la imposibilidad de tomar el sol
• Envejecimiento prematuro de la piel. Aparición de manchas.
• Cancelación de otros planes o actividades que antes se hacían para tomar el sol
La tanorexia, como cualquier otra adicción, es un trastorno muy perjudicial que sin un buen diagnóstico y tratamiento, podemos ver como afectaría a nuestra salud, relaciones sociales y laborales y a nuestra autoestima y seguridad, por lo que sería conveniente el abordaje multidisciplinar lo antes posible.