MARÍA ¿ SERÁS LA 45? Publicado: 24/11/2013

María, él es tu príncipe azul. El amor de tu vida. Jamás nadie te había hecho sentir así. Te llegan flores a casa, te llena de regalos, de detalles…¡¡Se preocupa tanto por ti!! Te dice que eres lo más importante de su vida, que sin ti no podría vivir. Tú te sientes la reina del mundo; habláis horas y él y tú os aisláis de todo y de todos porque vuestro amor es suficiente. Y te unes a él, como en un cuento de hadas: para siempre… para tener hijos y formar esa familia que siempre has soñado. Un día, María, vio que no llegabas de una comida con las amigas a la hora que habías dicho, y te asustó su reacción. Gritó, te llamó desgraciada, cogió tu móvil y lo tiró, te dijo que lo mínimo era que hubieras avisado. Pero tú no tenías batería y habían sido solo 20 minutos. Te asustaste. No supiste que decir… empezaste a llorar y él te pidió perdón, te insistió en que se había preocupado, que necesitaba saber donde estabas ¡¡ te quería tanto!! Otro día, te dijo que no le gustaba el vestido que llevabas. Él tiene tan buen gusto que siempre habías puesto lo que quería… pero aquel era un vestido especial que te había regalado tu hermana. Insististe en que te encantaba y el casi en un segundo te lo estaba quitando y rompió la cremallera. Tú te enfadaste y el gritando dijo que lo que querías era sacarle de quicio, porque ya te había dicho varias veces que no le gustaba, que además tenía mucho escote y que ibas a parecer una fulana. Tu empezaste a gritarle, y él se ponía cada vez más furioso, insultó a tu familia, dijo que tu hermana era como tu madre y como tú, que erais todas iguales… empezó sacando la ropa del armario, y cuando fuiste a detenerle te tiró sobre la cama. Te diste en la cabeza y te hiciste una herida. Él se marchó de casa. Tú te quedaste totalmente bloqueada. Enseguida oíste la llave en la puerta. Ya estabas en el baño limpiando la sangre. El te abrazó por detrás. “Perdona amor, Dios, no sé lo que me pasa. He tenido un día horrible. Es que quiero que sólo te vistas para mi…no sé lo que me ha pasado ¿te duele?”. Te dejaste querer María. Pero algo dentro se había roto dentro de ti. Pasaron los meses y vinieron muchos de esos momentos. Él, se volvía loco cuando algo no salía como quería, como tenía programado. Vinieron los hijos, pero nada cambió. Las humillaciones eran constantes: estás engordando, estás hecha un asco, mírate, no vales para nada…los golpes, las bofetadas, los empujones; cualquier disculpa era suficiente, la comida, los niños, la casa, una llamada de tu madre. La llave en la puerta empezó a ser tu peor pesadilla. La paliza importante fue aquel día que le dijiste que por qué llegaba tan tarde. Ahí te dio fuerte María. Estuviste en casa unos cuantos días, y nadie te vio porque hace mucho que no ves casi a tu familia, y ya no tienes amigas. Vas de casa al colegio de los niños, y al trabajo. Hasta que dijo que se había acabado el trabajo, que te necesitaban en casa. Entonces ya no quedó nada. Procurabas que los niños no le oyeran, cuando te llamaba puta, inútil, cuando te decía que no eras nadie sin él. Aquel día que le dijiste que no podíais seguir así…no te pegó. Solo se acercó despacito y te dijo muy, muy bajo. Si te vas, te mato. Y te miraste al espejo María y te diste cuenta que habías cambiado. Es cierto que estabas gorda y fea. ¿Cómo iba a quererte? Pensaste que la comida a veces te salía mal porque estabas distraída, se te olvidan las cosas María, él tiene razón…estás de los nervios. Y fuiste al psiquiatra y te dio pastillas. Y seguiste cada vez más adormilada, cada vez menos persona, tapando los hematomas con ropa y maquillaje para que las otras madres no vieran…porque él en el fondo es bueno. Cuando está de buenas, te dice que es que le provocas, que te quiere, claro, pero que tu no haces nada por el matrimonio y te das cuenta de que tiene razón…y vuelves a pensar que no eres nada sin él, que es lo único que tienes y sobretodo que nada ni nadie puede sacarte de allí, porque ese es tu sitio. Y cuando dudas si estarías mejor sola, piensas en los niños, en que necesitan un padre y entonces decides quedarte…y ahí estás María. Muerta en vida, sólo hasta que él, tu amor, tu príncipe, decida que seas la víctima número 45. Actúa ahora si tú eres María. Llama al 016. Hazlo antes de que sea tarde. Aquí estamos.
Fuente: Articulo de Isabel Menéndez Benavente, en la LNE, en el blog Tormenta de Ideas. http://comunidades.lne.es/blogs/pamina