El frasco de la calma es una de las técnicas más eficaces para ayudar a los niños a controlar sus rabietas y berrinches, además de mejorar su concentración y atención selectiva. Se trata de un frasco relleno de agua y purpurina que es muy entretenido para hacer con los niños.
Todas las emociones son importantes, por lo que el objetivo de dicha técnica es que tanto los adultos como los niños puedan gestionar sus emociones más negativas, pudiéndolas canalizar, y que así lo que sientan pueda entenderse desde la calma.
Cuando el niño se encuentra en un estado de agitación notará como su respiración y su ritmo cardiaco se ven acelerados. De esta forma, si agita el frasco se irían liberando todas esas emociones acumuladas que no sabe gestionar y cuando estas vayan disminuyendo, el niño debería dejar de agitar el frasco. Así vería como la purpurina va descendiendo lentamente, produciendo un estado de relajación y favoreciendo el equilibrio emocional.
MATERIALES
- Un frasco transparente (plástico o cristal)
- Purpurina o pegamento con purpurina (decantarse por tonos claros, más relajantes)
- Pegamento trasparente ó champú para niños, transparente
- 1 gota de colorante artificial
- Agua caliente del grifo
PROCEDIMIENTO
- Vierte agua dentro del frasco hasta rellenar 1/4 del mismo.
- Añade dos cucharadas soperas de pegamento o champú en el frasco.
- Añade 3 o 4 cucharaditas de postre de purpurina y remueve bien.
- Agrega la gota de colorante para darle color al agua
- Por último, incorpora más agua dejando aproximadamente un dedo de aire para que haya movimiento, e incluso puedes añadir más purpurina si ves que no es suficiente , cierra bien el bote y….¡Listo! ya tienes hecho el frasco de la calma.