La asertividad es la capacidad que tiene una persona para defender sus derechos sin vulnerar los de los demás.
A menudo en el colegio, en el trabajo o simplemente con amigos o familiares no somos capaces de expresar adecuadamente nuestras emociones y opiniones, y podemos sobrepasarnos o por el contrario quedarnos con las ganas de haber respondido una cosa u otra en una conversación.
En psicología hablamos de tres tipos de comunicación:
- Pasiva: es aquella que utilizan las personas que no son capaces de defender sus derechos, son sumisas y evitan a toda costa los conflictos diciendo que sí a todo, sin ser capaces de expresar sus opiniones por miedo a ser rechazados o porque creen que así no se meterán en problemas. Estas personas suelen tener gran tensión y frustración internas y puede ocurrir que tras un largo tiempo “aguantando”, acaben por tener reacciones explosivas que aparentemente están fuera de lugar.
- Agresiva: es aquella en la que las personas gritan, amenazan o imponen su criterio al de los demás sin escuchar las opiniones ajenas. En ocasiones, el tono no tiene por qué ser alto, pero se puede reconocer a una persona con un estilo de comunicación agresivo si utiliza frases como: esto se hace así y no hay más que hablar / si vuelves a hacerlo te vas a enterar / está fatal hecho / hay que ser tonto / dame eso, etc
- Asertiva: es el tipo de comunicación más adecuada y que nos hará sentir más felices. Una persona asertiva defenderá sus derechos sin caer en el insulto o la falta de consideración hacia los demás. Por otra parte, muchas veces damos por hecho que los demás saben cómo nos sentimos cuando la mayoría de las veces resulta que no es así, por lo que resulta fundamental que una persona asertiva exprese cómo se siente, aunque crea que es algo obvio y piense que sea imposible que la otra persona no se haya dado cuenta. En contraposición con las expresiones agresivas ya mencionadas, una persona con asertividad contestará de esta forma: yo creo que la forma más eficiente es esta, ¿Qué te parece? / eso me ha molestado, te agradecería que no volvieras a hacerlo / creo que se puede mejorar / debes prestar más atención a este detalle / ¿Me puedes dar la grapadora por favor?
La asertividad se puede entrenar y su efecto es inmediato. Cuanto más la pongamos en práctica, mejor será la relación que tengamos con nuestros compañeros de trabajo, instituto, familiares o amigos, y nos ayudará a reducir el número de conflictos de forma considerable.